La ventanita.
Deducción: Cuando Dios cierra una puerta, aprovecha y cierra también todas las ventanas. Coño, que si no, entra corriente.
Ésta es una historia acerca de un hombre y un pez; una historia acerca de la dramática relación entre un hombre y un pez. El hombre se debate entre la vida y la muerte. El hombre piensa. El caballo piensa. La oveja piensa. La vaca piensa. El perro piensa. El pez no piensa. El pez está mudo. Inexpresivo. El pez no piensa, porque el pez lo sabe todo.
4 Comments:
soy ateo, gracias a Dios.
podrán cerrarse puertas a mi paso, mas dispongo de dos buenas manos y fuerzas suficientes para abrir grandes ventanales y dejar que el viento penetre...
Cuando una puerta se cierra,
otra se abre.
A veces la dejamos entreabierta,
esperando a que una mano la empuje por completo; pero casi siempre, y suele ser lo más probable, acabe cerrándose por siempre.
Y a veces, suele ser mejor dejar que el viento sea quien decida sobre eso... aunque está en nosotros en dejar que ocurra o no.
Dios no cierra ni abre nada. Nosotros, la mayoría de las veces, somos víctimas del destino que nos cierra puertas que querríamos mantener abiertas, aunque con el tiempo te das cuenta que así debían estar, cerradas; a veces somos nosotros mismos quienes nos cerramos las puertas inconsciente o conscientemente; pero por muchas puertas que se nos cierren, lo importante siempre es elegir abrir todas aquellas ventanas que se nos presenten en nuestro camino, para que entre la corriente y nos haga volar.
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