Hay un instante realmente mágico en que uno puede separarse de su cuerpo a voluntad. Se trata de una frontera muy sutil, pues es el momento en que uno ni está despierto ni dormido totalmente. En ese instante preciso uno debe levantarse; así como suena: levantarse. Debe uno sentirse como algo sutil y vaporoso incorporándose; pero haciéndolo realmente, pues no se trata de imaginar nada. Si uno se levanta en el momento preciso, entonces se produce voluntariamente lo que de todas formas iba a producirse espontáneamente, la separación del cuerpo físico y de la psiquis. Una vez que nos hemos levantado, podemos mirar hacia la cama (y os advierto que la primera vez la impresión es realmente fuerte) y veremos a alguien durmiendo en nuestra cama y... ¡Sorpresa, somos nosotros!
2 Comments:
Eso lo había escuchado.Son los llamados viajes astrales. qué cague...
un beso.
Si en uno de esos viajes astrales te apetece venir a hacerme una visita, tráete cigarrillos y fumamos juntos mientras charlamos, y me cuentas la experiencia, vale?
Un beso astral.
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