La Bobre de Tarrel.

Ésta es una historia acerca de un hombre y un pez; una historia acerca de la dramática relación entre un hombre y un pez. El hombre se debate entre la vida y la muerte. El hombre piensa. El caballo piensa. La oveja piensa. La vaca piensa. El perro piensa. El pez no piensa. El pez está mudo. Inexpresivo. El pez no piensa, porque el pez lo sabe todo.

(Extracto de un monólogo de "El club de la comedia")
Hasta ahora, pensaba que la peor frase que te puede decir una tía es: "Tenemos que hablar...". Pero no, la peor frase que te pueden decir es: "Yo también te quiero... pero sólo como amigo". Al menos, siendo amigo puedes meter cizaña para eliminar competencia. Es la técnica del "gusano miserable". Cuando ella te dice:
- Ay, qué majo es Paco, ¿verdad?
- ¿Paco? Es muy majo, sí... un poco bizco.
- No es bizco, lo que pasa es que tiene una mirada muy tierna.
- Sí, en eso tienes razón, me fijé el otro día, cuando miraba a Marta.
- No la miraba a ella, me miraba a mí.
- ¿Ves como es bizco?
Y durante toda la mañana subtitulas cosas que te encantan: empiezas con una película de acción en la que apenas hablan; y además te ha tocado la parte final, con los créditos y todo eso, así que la haces tranquilo, incluso te paras a disfrutarla; luego viene un documental sobre animales, con una voz en off que habla cada media hora para soltar una frasesita del tipo "La época de lluvias trae consigo el apareamiento de los babuinos". Y el tío se calla otra media hora. Jajjajajaja es genial. Terminas y pillas "Menuda Noche". Aghhh qué horror, es de lo peor que hay. Con lo bien que iba mi día... Pero sorpresa!! Te ha tocado la parte en la que actúa Malú, que se casca dos canciones seguidas, chupao de subtitular, y además, disfrutando de la niña. Esto no puede ser sano. Y así todo el día. Me encantan esos días.
Sales del trabajo, te diriges a casa, y llegando a tu portal, ves que sale un coche del aparcamiento que está en tu puerta. Mira qué bien, no tendrás que pasarte media hora dando vueltas hasta que algún desgraciado tenga que sacar su coche para irse a currar. Esto se llama llegar y besar el santo. Además, apenas te quedaba gasolina, así que de puta madre. Subes a casa, comes, y te echas un rato, durante el cual, por algún tipo de azar, ningún vecino hace ruido alguno y en la calle parece haberse detenido el mundo. Cuando despiertas, contigo despierta el mundo. Te preparas un café y suena el teléfono: Vaya, alguien que estabas deseando que llamara. Y quiere salir más tarde a tomar una cerveza. ¿Y por qué no? Estupendo. Son las seis y media, tienes tiempo de tumbarte a ver una peli. Me encantan esos días. Sobre las 9 sales a la calle, y parece que el frío de estos últimos días ha cesado un poco, se está estupendamente en la calle, temperatura digna de las mejores noches de feria.
Unas tapitas, unas cervecitas, risas, buena charla; y cuando mejor esta todo, te das cuenta de que se ha hecho tarde y al día siguiente tienes que madrugar. Y con las birras que llevas encima... vas a subtitular en chino. Qué fastidio, piensas que eres demasiado responsable, pero en realidad piensas que vas a quedarte y que le den por culo al trabajo. Pero mejor aún, te suena el móvil: es una compañera del trabajo que trabaja en el turno de tarde, que si, por favor, no le importaría ir yo mañana de tarde por ella y ella de mañana por mí (es decir, entrar a las 12!!!). Pongo voz seria y digo: "Está bien, cómo no. Si lo necesitas, yo voy de tarde". Y sigo de cervecitas, de risas y de buena charla. Y si empezó bien el día, mejor acaba la noche. Me encantan esos días. Ah, por cierto, me cago en esos días y en su puta madre, que todavía no conozco ninguno así!!!Escribí "Lecciones de poesía para niños inquietos" para explicar a mis hijas que la poesía habla de los sentimientos, la nostalgia y el tiempo. Con 10 años se puede tener una dimensión melancólica como con 50. Les quise demostrar que la poesía tiene que ver con la desgarradura que sienten cuando cambian de curso y dejan de ver a esa profesora con la que se llevaban tan bien y con la tristeza que sienten cuando crecen y ya no les cabe su camisa favorita. Crecer significa ir perdiendo, tomar responsabilidades y ver un día que la abuela se va haciendo mayor y se va a morir. Y al morirse la abuela descubres que después se morirá tu madre y más tarde tú.
Luis García Montero