30.10.06

¿Por qué vale la pena vivir?

¿Por qué vale la pena vivir? Ésa es una buena pregunta. Bueno, hay varias cosas que creo que hacen que valga la pena. ¿Cómo cuáles? Bien, yo diría las películas de John Ford, por mencionar una... O un mediodía en El Salvador de cervecitas... Los miserables, Drácula... Jerry Goldsmith y la banda sonora de Bajo el fuego... Un viernes por la noche con los amigos en El Cañuelo... Un ataque de risa... El Sevilla F.C., el Barça de la primera Copa de Europa... La saga de El Padrino, Qué bello es vivir, Alien... Un buen café camino del trabajo... La música a tope en el coche... Subtitular En el Estanque Dorado... Viajar a un sitio nuevo cada año... Woody Allen, Audrey Hepburn, Uma Thurman... El directo del Alchemy del Sultans of swing... Los cuadros de Hopper, Magritte... Sevilla, Nueva York... Bécquer... La Novena Sinfonía de Beethoven...

29.10.06

Aquellos maravillosos años.

Este vomitajo está dedicado a las personas que nacieron antes de 1985. La verdad es que no sé cómo hemos podido sobrevivir.

Fuimos la generación de la "espera"; nos pasamos nuestra infancia y juventud esperando. Teníamos que hacer "dos horas de digestión" para no morirnos en el agua, dos horas de siesta para poder descansar, nos dejaban en ayunas toda la mañana del domingo hasta la hora de la comunión, los dolores se curaban esperando.

Mirando atrás, es difícil creer que estemos vivos. Nosotros viajábamos en coches sin cinturones de seguridad y sin airbag, hacíamos viajes de 10-12 h. con cinco personas en un 600 y no sufríamos el síndrome de la clase turista.

No tuvimos puertas, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños. Andábamos en bicicleta sin casco, hacíamos auto-stop, más tarde en moto, sin papeles.

Los columpios eran de metal y con esquinas en pico. Jugábamos a ver quién era el más bestia. Pasábamos horas construyendo carros para bajar por las cuestas y sólo entonces descubríamos que habíamos olvidado los frenos. Jugábamos a "churro va" y nadie sufrió hernias ni dislocaciones vertebrales.

Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y sólo volvíamos cuando se encendían las luces de la calle. Nadie podía localizarnos. No había móviles. Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para demandar a los culpables. Nos abríamos la cabeza jugando a guerra de piedras y no pasaba nada, eran cosas de niños y se curaban con mercromina y unos puntos. Nadie a quién culpar, sólo a nosotros mismos.

Tuvimos peleas y nos "esmorramos" unos a otros y aprendimos a superarlo. Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos obesos. Si acaso, alguno era gordo y punto. Compartimos botellas de refrescos o lo que se pudiera beber y nadie se contagió de nada. Nos contagiábamos los piojos en el cole y nuestras madres lo arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente.

Quedábamos con los amigos y salíamos. O ni siquiera quedábamos, salíamos a la calle y allí nos encontrábamos y jugábamos a las chapas, al"coger", al "matar", a "poliladron"..., en fin, tecnología punta. Íbamos en bici o andando hasta casa de los amigos y llamábamos a la puerta. ¡Imagínaos!, sin pedir permiso a los padres, y nosotros solos, allá fuera, en el mundo cruel ¡Sin ningún responsable! ¿Cómo lo conseguimos?

Hicimos juegos con palos, perdimos mil balones de fútbol. Bebíamos agua directamente del grifo, sin embotellar, y algunos incluso chupaban el grifo. Íbamos a cazar lagartijas y pájaros con la "escopeta de perdigones", antes de ser mayores de edad y sin adultos, ¡¡DIOS MÍO!!

En los juegos de la escuela no todos participaban en los equipos. y los que no lo hacían tuvieron que aprender a lidiar con la decepción. Algunos estudiantes no eran tan inteligentes como otros y repetían curso... ¡Qué horror, no inventaban exámenes extra!

Veraneábamos durante 3 meses seguidos, y pasábamos horas en la playa sin crema de protección solar ISDIN 15, sin clases de vela, de paddle o de golf, pero sabíamos construir fantásticos castillos de arena con foso y pescar con arpón.

Ligábamos con las chicas persiguiéndolas para tocarles el culo, no en un chat diciendo ": )" ": D" ": P". Tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello.

No te extrañe que ahora los niños salgan gilipollas. Si tú eres de los de antes... ¡Enhorabuena! Da a conocer este manifiesto a otros que tuvieron la suerte de crecer como niños.

28.10.06

Un cuadro, dos cuadros.











Te doy una canción.


Qué bonita canción de Silvio Rodríguez.

Tengo curiosidad por saber cuáles son tus cinco canciones favoritas, aquí y ahora, en este preciso momento. Porque seguro que si mañana te lo vuelvo a preguntar, me responderás otra cosa.


Yo escojo...


Cualquiera de Doors, por ejemplo, "Love her madly".
"Nothing compares to you" no puede faltar.
Y otra que me flipa es "Brothers in arms".
Moby es genial; "Why does my heart feel so bad?".
Y Sabina... "¿Quién me ha robado el mes de abril?".

26.10.06

If... (Si...)


Lines from Kipling's 'If' appear over the player's entrance to Wimbledon's Centre Court - a poignant reflection of the poem's timeless and inspiring quality.

Escuincle, me tomo la licencia de traducirlo libremente y de inventarme cosas.


Si puedes mantener la cabeza fría cuando a tu alrededor
todos pierden la suya y tratan de arrastrarte con ellos;
si confías en ti mismo cuando todos dudan de ti,
pero respetas que los demás alberguen flaquezas;
si puedes esperar sin desesperar,
o siendo engañado, no negociar con mentiras,
o siendo odiado, no devolver odio en el trueque,
y aun así no ensalzar tu bondad ni hablar con altanería.

Si puedes soñar sin que tus sueños te esclavicen;
si puedes pensar sin que tus pensamientos te consuman;
si puedes afrontar el triunfo y la derrota
con el mismo trato que ambos impostores merecen;
si puedes transmitir la verdad de tus palabras
sin sentirte amenazado por el eco de las calumnias,
o contemplar las cosas por las que sacrificaste todo, destrozadas,
e inclinarte sobre sus cimientos y con tus manos levantarlas de nuevo.

Si puedes hacer un montón de todas tus ganancias
y arriesgarlo todo a un único golpe de azar,
y perdiendo, regresar de nuevo a tus inicios
sin musitar jamás una palabra acerca de tu pérdida;
si puedes forzar tus latidos y tensar tus nervios
para que te asistan cuando se agote la esperanza,
y mantener ésta firme cuando ya no quede nada en ti,
excepto la voluntad que le grita: “¡Resiste!”.

Si puedes hablar con multitudes sin ser corrompido por ellas,
o caminar con reyes y mantener los pies en la tierra;
si ni tus enemigos ni tus amigos pueden herirte;
si todas las personas cuentan contigo, pero no te hacen imprescindible;
si puedes rellenar cada implacable minuto
con sesenta segundos que merezcan la pena,
tuya es la Tierra y cuanto en ella existe.

Y, lo que es más, serás un hombre, hijo mío.

B.S.O.

¿Cuántos compositores de música de cine podrías citarme? ¿Conoces más de diez? ¿Más de tres? ¿Conoces alguno? Hace algunos años un amigo y yo pusimos en un hipotético pódium de cinco cajones a nuestros compositores favoritos y les otorgamos a cada uno de ellos un apodo. Es posible que si lo volviéramos a hacer hoy día... salieran los mismos cinco.

Patrick Doyle: el melódico

James Horner: el evocador

John Williams: el genio

Ennio Morricone: el talento

Jerry Goldsmith: el maestro

Aprender la lección.

Este poemilla lo vi en algún blog y me gustó.


Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano y encadenar un alma.

Y uno aprende que el amor no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad.

Y uno empieza a aprender...
Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas.

Y uno empieza a aceptar sus derrotas
con la cabeza alta y los ojos abiertos.

Y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes...
Y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.

Así es que uno planta su propio jardín y decora su propia alma,
en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale,
uno aprende y aprende...

Y con cada día uno aprende...

25.10.06

Felipe Benítez Reyes.


Descubrimientos casuales de la vida. Gracias a un primo de alguien con quien estuve muy unido hace un tiempo, descubrí a este poeta del que no había oído hablar nunca (y del que creo que seguiría sin oír hablar de no ser por él).


Si alguna vez sufres -y lo harás-
por alguien que te amó y que te abandona,
no le guardes rencor ni le perdones:
deforma su memoria el rencoroso
y en amor el perdón es sólo una palabra
que no se aviene nunca a un sentimiento.
Soporta tu dolor en soledad,
porque el merecimiento aun de la adversidad mayor
está justificado si fuiste
desleal a tu conciencia, no apostando
sólo por el amor que te entregaba
su esplendor inocente, sus intocados mundos.

Así que cuando sufras -y lo harás-
por alguien que te amó, procura siempre
acusarte a ti mismo de su olvido
porque fuiste cobarde o quizá fuiste ingrato.
Y aprende que la vida tiene un precio
que no puedes pagar continuamente.
Y aprende dignidad en tu derrota,
agradeciendo a quien te quiso
el regalo fugaz de su hermosura.

22.10.06

Cosas de libertades.


Existe una frase que viene a decir, más o menos, así: "La libertad no consiste en hacer lo que se quiere, sino lo que se debe."
Pero creo que no es una frase muy aclaratoria, o quizá está incompleta.