26.2.07

Big fish.

¿Has oído un chiste tantas veces que olvidaste por qué te hacía gracia? Pero entonces lo oyes un día de nuevo y de repente te parece nuevo, y recuerdas por qué te encantó la primera vez. Uno cuenta sus historias tantas veces que llega a convertirse en ellas mismas; le sobreviven a uno. Y de esa manera, llega a ser inmortal.

Las moscas.


A un panal de rica miel
dos mil moscas acudieron,
que por golosas murieron
presas de patas en él.
Otra dentro de un pastel
enterró su golosina.
Así, si bien se examina,
los humanos corazones
perecen en las prisiones
del vicio que los domina.

22.2.07



Pasan los días, pasan las horas; los minutos, los segundos. El plazo está a punto de vencer y todavía no se vislumbra nada. ¿Quién podría aún esperar un feliz desenlace? ¿La esperanza es lo último que se pierde o en el mismo momento que te preguntas eso es que ya la has perdido? La guía Campsa sigue sin abrir, el paquete de Chester está en el bolsillo de mi cazadora; ya llevo mechero. Y para colmo, hoy llueve: la excusa perfecta. Hoy termina el plazo de fichajes para los equipos de la NBA a las 6 de la tarde, hora de Nueva York (medianoche, en España), casualmente coincide con el otro asunto. Sólo queda esperar; esperar, escuchar, apagar, ver y confiar. Y ver si por la rendija de la puerta asoma la luz en la oscuridad.

19.2.07



Hay un instante realmente mágico en que uno puede separarse de su cuerpo a voluntad. Se trata de una frontera muy sutil, pues es el momento en que uno ni está despierto ni dormido totalmente. En ese instante preciso uno debe levantarse; así como suena: levantarse. Debe uno sentirse como algo sutil y vaporoso incorporándose; pero haciéndolo realmente, pues no se trata de imaginar nada. Si uno se levanta en el momento preciso, entonces se produce voluntariamente lo que de todas formas iba a producirse espontáneamente, la separación del cuerpo físico y de la psiquis. Una vez que nos hemos levantado, podemos mirar hacia la cama (y os advierto que la primera vez la impresión es realmente fuerte) y veremos a alguien durmiendo en nuestra cama y... ¡Sorpresa, somos nosotros!

15.2.07

Subir y bajar.



Imaginemos que estamos subiendo; cada escalón tiene unos veinte centímetros de altura. Terriblemente agotador. ¿Y adónde nos lleva? A ninguna parte. No avanzamos ni subimos un escalón más. Bajar, rodar deliciosamente hacia abajo; no resultará de otro modo para nosotros.

11.2.07

¿Carga liviana?


Cuando el calzado te hiere los pies, y después de tan larga espera no esperas encontrar más que problemas, se eleva una luz cuya fuente ignoras; ahora guía tus pasos una fuerza nueva, en un proceso tan largo que resulta demoledor para los nervios.

6.2.07

¿Me paro? ¿No me paro?


Desde algunos días me corroe una pequeña obsesión cuando regreso del trabajo. ¿Me paro? ¿No me paro? ¿Llamo? ¿No llamo? De momento no estoy haciendo nada al respecto, pero inconscientemente voy poco a poco madurando la idea. Yo, que soy amigo de la improvisación, por esta vez estoy de la mano de la planificación. Y a fin de cuentas sé que ese día llegará, y que cuando ocurra, la planificación se mezclará con la improvisación y dará como resultado... uf ojalá lo supiera. Pero para qué engañarnos, tiene su gracia no saber qué coño ocurrirá.

3.2.07

Sueño, luego existo.


Hay veces que sueñas con algo o con alguien, y parece tan real en tus sueños que cuando despiertas te acompaña la sensación que te deja durante gran parte del día, como una vela que se fuera consumiendo. Y si el sueño es bonito, hasta piensas en algunos instantes que pueda llegar a cumplirse. Y a veces se cumple.