
Pasan los días, pasan las horas; los minutos, los segundos. El plazo está a punto de vencer y todavía no se vislumbra nada. ¿Quién podría aún esperar un feliz desenlace? ¿La esperanza es lo último que se pierde o en el mismo momento que te preguntas eso es que ya la has perdido? La guía Campsa sigue sin abrir, el paquete de Chester está en el bolsillo de mi cazadora; ya llevo mechero. Y para colmo, hoy llueve: la excusa perfecta. Hoy termina el plazo de fichajes para los equipos de la NBA a las 6 de la tarde, hora de Nueva York (medianoche, en España), casualmente coincide con el otro asunto. Sólo queda esperar; esperar, escuchar, apagar, ver y confiar. Y ver si por la rendija de la puerta asoma la luz en la oscuridad.